EMPUTECIDOS (2009)
Cuando la vida es más puta que una prostituta
Drama en un acto de Leonardo Bugliani
Producción del Taller Inicial de los Jueves Espacio Cultural SABATO
Alejandra SCARIONE: CLAUDIA, prostituta alcohólica.
Florencia VENIER: LOLA, prostituta.
Florencia OTERO: JULIA, madama.
Leonardo PARAFATI: Mr. JOHN, dueño del cabaret.
Luciano Pizzi: JOSE, amante de Claudia.
Cecilia ZANOTTI: CRISTINA, camarera y prostituta.
Pablo AUBONE: ERNESTO, escritor idealista.
Ezequiel HORWITZ: EMILIO EDUARDO, capitán del ejército, torturador que coordina un grupo de tareas.
MAIA MEIER: LORENA, prostituta de 15 años.
Argumento:
20 de Diciembre de 1976. En Argentina se consolida la última dictadura militar, con todas sus secuelas genocidas. El prostíbulo de Mr. John, es una isla en donde nada de lo que acontece en el país, pareciera existir en los plácidos encuentros de afables clientes y comprensivas compañeras a sueldo. Sin embargo, ¿podrá este lugar abstraerse de la violencia que inunda al país?
Emilio Eduardo, capitán del ejército, con importantes influencias políticas, frecuenta este exclusivo burdel. Allí se entremezclan las vidas y horas de hermosas prostitutas que intentan sobrellevar su oficio, algunas con más entusiasmo que otras.
Como en una letra de tango, los clientes son muy heterogéneos: desde un capitán a cargo de un grupo de tareas, hasta un escritor idealista que odia la conducta de los militares. Todo es placer y ensueño. Pero solo hace falta de que un par de clientes crucen palabras casuales para que todo cambie.
“Yira, Yira” (Enrique Santos Discépolo)
Cuando la suerte, que es grela, fallando y fallando te largue parao...
Cuando estés bien en la vía, sin rumbo, desesperao...
Cuando no tengas ni fe, ni yerba de ayer
secándose al sol... Cuando rajés los tamangos
buscando ese mango que te haga morfar...
La indiferencia del mundo que es sordo y es mudo
recién sentirás.
Verás que todo es mentira, verás que nada es amor...
Que al mundo nada le importa...
Yira... Yira...
Aunque te quiebre la vida,
aunque te muerda un dolor,
no esperes nunca una ayuda,
ni una mano, ni un favor...
Cuando estén secas las pilas
de todos lo timbres
que vos apretás,
buscando un pecho fraterno
para morir abrazao...
Cuando te dejen tirao
después de chinchar,
lo mismo que a mí...
Cuando manyés que a tu lado
se prueban la ropa
que vas a dejar...
¡Te acordarás de este otario
que un día, cansado,
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